Es típico que muchas veces desestimamos la idea de realizar un amarre amoroso, porque solemos pensar que eso involucra muchos materiales difíciles de encontrar, pero en realidad existen algunos hechizos que no requieren de mucho.

No siempre necesitamos un montón de materiales para lograr realizar un amarre de amor que sea poderoso y efectivo, y si deseas que la persona que amas se acerque a ti, estás en el lugar indicado para aprender a hacerlo.

Aunque es cierto que diversos tipos de materiales potencian la efectividad de cada ritual dependiendo de las características energéticas que poseen, en esta ocasión vamos a utilizar únicamente el elemento agua para realizar nuestro amarre amoroso de una manera segura y efectiva.

Debemos recordar que el agua en sí misma representa un espíritu, ya que ésta es capaz de producir vida, y es el origen en todos los organismos.

A su vez, el amor es el secreto del universo, a pesar de ser tan común, sigue siendo lo más intrigante y misterioso que encontramos, por la forma en la que es capaz de cambiar y alterar todo tan solo existiendo.

El amor fluye a través del agua, ambas fuerzas se conectan y crean el más puro sentimiento que el hombre conoce.

¿Cómo funciona este hechizo únicamente con agua?

Para realizar este hechizo necesitaremos un vaso de cristal que sea completamente liso, vamos a verter en él un poco de agua, preferiblemente embotellada, procurando que llene al menos dos tercios del recipiente.

Este hechizo funciona a través de la conducción de nuestros sentimientos, y nuestra energía, gracias al don de la palabra, enfocados y dirigidos hacia el elemento agua.

Por eso procederemos a decir nuestros sentimientos y pensamientos al frasco de cristal donde está el agua, recitando las siguientes palabras:

“Agua poderosa, tú eres el elemento de vida y transformación, te pido de corazón que traigas a mi ser amado (y allí diremos el nombre de nuestro ser amado).” 

Luego vamos a sostener el vaso con agua y lo acercaremos a nuestros labios, como si fuésemos a beberlo, pero sin realizar dicha acción.

Con el vaso extremadamente cerca de nuestra boca, vamos a repetir siete veces lo siguiente: 

Empezaremos la frase mencionando el nombre y apellido de nuestro ser amado, y luego diremos “búscame, piénsame, y ámame”

Al finalizar las siete repeticiones pondremos el vaso de nuevo en la mesa frente a nosotros, y vamos a introducir nuestro dedo índice, dándole siete vueltas al agua en el sentido de las agujas del reloj.

Es importante que, mientras damos estas vueltas con nuestro dedo, nos imaginemos la vida con esta persona. 

Debemos visualizar todos los momentos que queremos compartir, y debemos sentir con todo nuestro corazón el amor, y la importancia, que tiene esta persona en nuestra vida.

Este procedimiento con nuestro dedo se realiza para lograr activar todas las palabras que el agua ha absorbido por nosotros.

Cuando hayamos terminado, vamos a retirar nuestro dedo índice del agua, vamos a secarlo y respirando profundamente vamos a volver a utilizar el dedo índice para darle tres pequeños toques sutiles al agua, que terminen en chocar nuestra uña con una de las paredes del vaso.

De esta forma habremos terminado de activar todo el ritual.

Luego, este vaso de agua ya ritualizado, que tiene consigo todas las energías para recuperar a nuestro amor, debemos colocarlo debajo de nuestra cama durante 3 días seguidos.

Pasados estos tres días, vamos a verter el agua en tierra, esto puede ser en alguna maceta o puede ser en algún jardín. 

El propósito de esto es que de esta forma estas energías concentradas regresen a la madre tierra, y establezcan una conexión con el universo, que se va a encargar de atraer a la persona que nosotros amamos nuevamente a nuestro lado.

¿Qué debemos tomar en consideración? 

Es importante tener en cuenta que se requiere de un nivel extremo de concentración, ya que cómo dijimos anteriormente, no estamos utilizando ningún material o ingrediente extra que nos ayude con su carga energética. 

Es efectivo, pero únicamente cuando es realizado a la perfección. 

La recomendación es realizarlo un máximo de 2 veces por mes, y 5 veces al año, así podrás practicar sin sobrecargar las energías. 

Además, debemos asegurarnos de confiar plenamente en el hechizo, no angustiarnos, y meditar constantemente para expandir nuestras capacidades espirituales.