Cuando llega el momento de elegir una hipoteca, lo más importante es, obviamente, encontrar la solución hipotecaria adecuada. Hay muchos tipos de hipotecas; las de corto y largo plazo, por supuesto, pero también las de muy largo plazo. Cada una de ellas tiene sus pros y sus contras, por lo que es mejor elegir la más adecuada para ese momento de tu vida.

La importancia de la tolerancia al riesgo

Hay una regla sencilla sobre los tipos de interés de las hipotecas (con sus excepciones, por supuesto): cuanto más largo sea el plazo de la hipoteca, más alto será el tipo. En base a esto, se podría entender lógicamente que el corto plazo tiene un tipo mucho más interesante. No obstante, no olvide nunca que, al tratarse de un mercado de capitales, debe basar su decisión en la tolerancia al riesgo, ya que estos tipos fluctúan.

Si tiene una tolerancia al riesgo más alta, estas fluctuaciones de los tipos no importan realmente, por lo que una hipoteca a corto plazo sería adecuada para acabar con ella más rápidamente. Pero digamos que tienes una baja tolerancia al riesgo y que planeas quedarte en esa nueva propiedad durante más de 10 años, se recomendaría un tipo ligeramente más alto en una hipoteca a largo plazo, ya que estarías protegido de una subida repentina de los tipos.

Adapte su tipo a sus objetivos

Por ejemplo, usted quiere comprar una segunda vivienda que desea reformar y revender en un año aproximadamente. Es de suponer que quieres obtener un buen beneficio, por lo que la hipoteca a corto plazo sería la mejor opción en este caso. Podrías contratar un plazo de un año no sólo para tener los mejores tipos del mercado, sino también para evitar pagar grandes penalizaciones cuando la vendas.

Por otro lado, si por alguna razón ya no puedes hacer frente a los pagos, podrías plantearte cambiar a una de muy largo plazo (de hasta varias décadas). Pero no olvides que, aunque cada pago individual sea mucho más barato que antes, ¡esa nueva casa también resultará mucho más cara a largo plazo! Además, esta hipoteca te encadenará a una entidad financiera durante muchos años sin prácticamente ningún poder de negociación.

Entonces, ¿quieres pagar menos intereses?

Lo primero que suele venir a la mente es: ¡El tipo, el tipo y no te olvides del tipo! Y… en realidad es una de las mejores maneras de pagar menos intereses. Pero la mejor manera de pagar los menores intereses posibles al contratar una hipoteca es pagarla lo más rápido posible, pagándola en 10 años, en lugar de 25, por ejemplo.

Hay varias formas de ayudarte a pagarla rápidamente sin que tu presupuesto se resienta demasiado. El pago semanal acelerado es un buen ejemplo, pero puedes utilizar una calculadora de pagos hipotecarios para ayudarte a decidir, en función del plazo y la amortización que hayas elegido.

Consejos sencillos para elegir una hipoteca adecuada

A continuación, te daremos algunos sencillos consejos que te ayudarán a que puedas elegir la mejor hipoteca posible para tu hogar. De esta manera, no solo vas a ahorrar dinero con la hipoteca, sino que vas a ahorrar tiempo en el proceso.

1. Compara las diferentes opciones

Cuando vas a solicitar una hipoteca, lo primero que debes tener en cuenta es no todas las instituciones financieras manejan las mismas tasas o te otorgarán la misma cantidad de dinero. Es por ello que comparar hipotecas es algo fundamental para poder elegir la más adecuada. En la red es posible encontrar algunos comparadores de hipotecas que pueden ser una buena alternativa para ahorrar tiempo en la elección.

3. Asesórate

Comparar las diferentes propuestas de hipoteca te ayudará a que puedas elegir una una de ella, sin embargo, esto no siempre es la única opción disponible para tomar una decisión. Es por ello que puedas necesitar conseguir una asesoría para poder elegir la mejor alternativa para ti, dependiendo por supuesto de tus necesidades y de tu presupuesto.

3. No sobre asegures tu vivienda

Tal vez suene tentador el contratar una póliza que tenga mucho más del valor de la vivienda, sin embargo, sobre asegurar la vivienda significa que vas a tener que pagar una póliza mucho más costosas, lo que puede afectar tu presupuesto.